Cerebritos
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A veces un juego es mucho más que un juego: es una oportunidad de desarrollar aptitudes, de mejorar nuestras capacidades y de aprender cosas nuevas, todo ello mientras pasamos un buen rato. ¡No nos digas que no es un planazo!
Por eso queremos compartir contigo una breve lista de títulos especialmente indicados para darle al coco y ponerlo a prueba con toda variada selección de retos. Son juegos tremendamente divertidos, pero también están especialmente indicados para entrenar la materia gris. ¡Y además funcionan perfectamente con los peques!
Por ejemplo, a SETUP puedes jugar con niños a partir de ocho años y no puede ser más sencillo y adictivo: tienes que formar grupos de fichas en el tablero de juego y, cuántas más fichas incluyas en dichos grupos, más puntos ganarás y más casillas podrás avanzar con tu peón hacia la línea de meta. ¡El primero que llegue gana la partida!
Especialmente indicada para niños todavía más pequeños, tienes la serie BrainBox, una gran familia de juegos con muy diversas temáticas y una única (y sencillísima) mecánica: observa una carta durante un tiempo limitad (y marcado por un estiloso reloj de arena) y trata de captar la mayor cantidad de detalles posibles. ¡Luego te tocará responder a una pregunta!
Los títulos de la familia Cortex Challenge son muchos y muy varios, con versiones para todos los públicos, para niños, para fans de Disney o Harry Potter e incluso para personas con trastornos cognitivos… ¡Y cada uno de ellos está repleto de hasta ocho tipos de retos diferentes, cada uno diseñado para potenciar tus habilidades cognitivas!
En sus versiones clásica y familiar, Imagine nos permite liberar nuestra imaginación para expresarnos con una serie de tarjetas transparentes con las que crear las imágenes que necesitaremos para resolver toda clase de enigmas, desde personajes hasta lugares pasando por películas… ¡Las posibilidades son literalmente infinitas!
Y para aquellos que quieran mejorar su vocabulario, ¡Bananagrams! Un juego de palabras rápido y divertido que no requiere lápiz, papel ni tablero: usando fichas con letras, cada jugador trabaja de forma independiente para crear su propio “crucigrama” más rápido que sus oponentes. ¡El que consiga formar la mayor cantidad de palabras se convertirá en el ganador!