No hay trabajo demasiado pequeño
- Novedades
Tú y tus amigos sois gigantes que trabajáis para empresas de mudanzas rivales. Sí, has leído bien. Pero espera, que todavía hay más: vuestro trabajo consiste en entregar a toda prisa todos esos pequeños muebles (pequeños desde vuestro punto de vista de gigantes, claro) usando solo vuestros dedos meñiques.

Esta es la disparatada premisa de la nueva propuesta de Exploding Kittens: Gigantes moviendo mueblecitos, un juego en el que vamos a tener que mover muebles diminutos de acá para allá con los meñiques y, por supuesto, sin que se nos caigan al suelo.
Además, para conseguir estos trabajos tendremos que pujar con el resto de los equipos rivales para ver quién se atreve a realizarlos en condiciones más complicadas, ya sea rebajando el límite de tiempo del que dispondremos o el número de viajes que se nos permitirá realizar entre una “casa” y otra.

Pero tranquilos, que para jugar a Gigantes moviendo mueblecitos no nos van a hacer falta ser propietario de diversos inmuebles. Las casas a las que hacemos referencia son cartas que colocaremos en la mesa de juego y en algún lugar alejado de esta. Cuanto más alejadas estén las casas entre sí, más complicado será el reto… Aunque, eso sí, previamente podremos planear nuestra estrategia con nuestro o nuestros compañeros.

Lo mismo da que llevemos los mueblecitos en solitario haciendo auténticos malabares con el meñique o que nos apoyemos en nuestro compañero para conseguir equilibrarlos un poco: lo importante es que recordemos que cada mueble o muebles colocados en la casa de destino contará como un viaje y que si nos quedan muebles por trasladar cuando agotemos todos nuestros viajes habremos fallado y el equipo de nuestra derecha se quedará con nuestro punto.
Gigantes moviendo mueblecitos es un juego que destila la esencia de Exploding Kittens, ya que combina a la perfección un elemento de estrategia a la hora de pujar o retirarnos de una puja a tiempo para ver fracasar a nuestros oponentes con la acción física de trasladar los muebles y, por supuesto, muchísimas risas.